Tarde grande, tarde de triunfos, pero sobretodo sucedió algo que hace tiempo tenía ganas de contar.
Todos hemos visto salidas a hombros antiguas esas de las que a los toreros se les llevaba hasta la mismísima puerta del hotel.
La pasión por tocar, alzar a la gloria a tu torero y demostrarle todo el cariño y devoción contenida. El roce del pueblo llano hacia el hito, hacia el más deseado y admirado.
En una salida a hombros sentida no hace falta capitalista ninguno. Son amigos del torero, amigos digo pues siendo MORANTISTA pertenecemos a una misma simbiosis que nos hace estar hermanados al mas grande.
Cualquiera de los más Morantistas es suficiente para portar en sus hombros al más genuino, ceñido y creador a la vez de conservador de una tauromaquia añeja desaparecida. Nos transporta en el tiempo y recordamos de un plumazo a Pepe Luis, Belmonte, Joselito ….
“Pararse el tiempo que el mas grande de los toreros sale portado a hombros de fieles que hasta la muerte son capaces de defender torero con aires trianeros de
Ese día un grupo de Morantistas estaba disfrutando de lo que conlleva una tarde de toros. Disfrutaron de la tauromaquia de Don José Antonio disfrutando hasta enloquecer. Al Terminar el último toro, previa conversación con el mozo de espadas de Don José Antonio, quedaron para portar y pasear Al Arte para sacarlo por la puerta de la gloria de Ecija.
En ese momento se cruzo en su camino un capitalista profesional intentando truncar el sueño Morantista. Alegaba que era el pan de sus hijos, pero la pasión por un torero hace que la razón pueda al negocio. Se preparo una autentica batalla campal para poder sacar en hombros a Don José Antonio. Hasta el mismo decía
“hillo hillo no pegarse”
Aunque le costara un soplamocos el Morantista consiguió su sueño de portar a hombros al más grande de los toreros. He aquí la gran sorpresa final y acción de culto a un torero. Don José Antonio agradeció a sus admirados con un abrazo sentido y dos besos. Cuando llegaron a la furgoneta, el mozo de espadas tenía preparado el sobre para tan esforzados costaleros. La reacción fue inmediata. “NO queremos dinero” queremos un trocito de Don José Antonio.
¡¡¡Un capote!!!
El mozo de espadas se lo comunico al torero al oído y el torero no dudo a darles el valioso tesoro. Les dio el capote de paseo que llevo en el paseíllo de esa tarde histórica de Ecija. Ese capote que lucio también en la reaparición de Vistalegre.
Morantista, no te siento envidia pues siento que compartimos ese gran regalo.
Gracias Ernesto por permitirme contarlo aqui, y compartir con nosotros tan fascinante y bonita gesta de un torero de toreros que escribirá su historia con mayúsculas.
Y sobretodo gracias a Don José Antonio.
Video Montaje de Ecija
Fotos de Ernesto Naranjo "Alamares de Pasión"